23 mayo 2006

Unas ideas de dos teólogos de la liberación

Lo que a continuación he pegado son unos fragmentos de una reflexión que el teologo Sergio Bran hizo respecto a la resurección de Jesús y la forma en cómo este hecho se ha opacado con la tradición religiosa.

La fuerza del amor que viene de Dios en Jesús es tan genuina que no
sobrepasa la esencia de la libertad humana, sino que se expresa a
través de ella para quienes quieren vivirlo. Obviamente hay múltiples
formas de hacerlo, aunque la experiencia me ha enseñado que no
siempre muchas de esas formas nos llevan a la transfiguración. Sola
"la verdad nos hará libres."

Dios nunca se ha impuesto y nunca se impondrá. La buena noticia de
la resurrección nos invita a salir de los moldes institucionales, de los
moldes simbólicos y litúrgicos, de todo tipo de estructura de poder,
venga esta de donde venga.

Lo paradójico es que cuando este misterio se ritualizó, cuando se
sacramentalizó, por una parte ayudó a vivirlo como "Acto memorial" y
por otra parte redujo o minimizó todo su potencial liberador en la construcción del Reinado de Dios.

Más adelante su reflexión termina queriendo llamar a la conciencia de un cambio en la forma de ver nuestra espiritualidad cristiana

He pensado que el giro que dimos como Iglesia: Jesús predicó el
Reino de Dios y la Iglesia a Jesús como el Cristo o Mesías
, además de
institucionalizar y legitimar a la jerarquía eclesiástica ha contribuido a
que
la Iglesia (nosotros y nosotras) no seamos en la práctica de la vida
cotidiana, sal y luz del mundo.

He pensado que quién libremente se deja afectar por el misterio de la
RESURRECCIÓN, inexorablemente iría más allá de las fronteras
religiosas y con seguridad ya no podrá ser siempre el mismo. Ese
misterio estaría permanentemente transfigurando su vida y sus actos
en este mundo, construyendo lazos, redes, comunidades basadas en
el amor, la compasión, la misericordia. Vinculando en la Fe fraterna y
trabajando por el REINO DE DIOS, como un SIGNO VIVO del acto de seguir a Jesús haciendo la voluntad del Padre (y Madre DIOS)

La liturgia (en la Iglesia católica) y el "aceptar a Jesús" (para los evangélicos) tiene su sentido como memoria viva, pero al mismo tiempo tales ritualismos han "castrado" al Jesus que vivió, luchó, murió y resucitó. Institucionalizaron a Cristo, privatizaron a Jesús.

Y para finalizar pongo otras reflexiones de otro teólogo de la liberación, Fray Betto:

Jesucristo dijo: “Vine para que todos tengan
vida, y vida en abundancia” (Juan 10,10).
No habrá vida en
abundancia sino por la vía de las mediaciones políticas, como la
distribución de la renta, la reforma agraria, la inversión en educación y
en salud. Mi generosidad puede ofrecer, hoy, un plato de comida al
hambriento, pero mañana volverá a tener hambre. Sólo la política es
capaz de acabar con lo que ella misma origina: el hambre y la miseria.
En ese sentido, elegir candidatos empeñados en que “todos tengan
vida” es un gesto pascual, resurreccional.

No es en el sepulcro de Jerusalén donde resucita Jesús ahora. Es en nuestro corazón, en nuestra solidaridad, en nuestra capacidad de captarlo en el prójimo, en especial en los más pobres, con quienes él mismo se identificó (Mateo 25,31-46).

Mis respetos Don Sergio Bran y Fray Betto...