04 mayo 2007

Jesucristo (1)

La figura más importante y trascendental que jamás haya aparecido en la historia de la humanidad. Ha sido mi inspiración religiosa desde que tengo uso de razón, a pesar que ahora saboree sus enseñanzas lejos de cualquier iglesia. Pero es que independientemente a qué iglesia asistas, cuando estudias la vida de Jesucristo definitivamente lo colocas en el primer lugar de importancia mundial. Jamás llegaremos a ser como él en vida, por más cristianos que intentemos ser (yo por eso pongo en duda si me puedo denominar cristiano, ya que no puedo seguir sus pasos). A veces me he preguntado: si él volviese hoy ¿qué diría, en general, de las naciones que se hacen llamar cristianas (digamos mi país, USA o Italia), y en particular de las iglesias cristianas (adventistas, bautistas, católicos, etc.)? Y es que miro la vida de Jesucristo y luego veo a quienes dicen representarlo y sencillamente no logro encajar el uno con el otro, en fín.

Bueno, su mensaje nos permite desarrollar el alma, reformar nuestra vida y nuestro destino. Su mensaje, no adulterado por las doctrinas que luego se le agregaron, nos permiten vivir en abundancia. Él jamás enseñó a un Dios limitado y semejante al hombre, que rige su universo tal como un reyezuelo oriental que maneja los asuntos de su pequeño reino empapado de vanidad y egocentrismo. Él jamás habló del pecado original, la expiación por la sangre, el castigo infinito por transgresiones finitas, y mucho menos sobre la horrible predestinación al tormento eterno o a la felicidad eterna. Inclusive el “Plan de Salvación” es tan desconocido para Jesucristo porque está armado en base a algunos textos oscuros del Génesis, ciertas frases sacadas acá y allá de las epístolas de San Pablo y unos cuantos versículos aislados de otras partes de las Sagradas Escrituras; todo esto reunido por ciertos teólogos para sostener la clase de doctrina que a su parecer debería existir (y eso que no nos hemos metido en la forma en que se decidió qué libros iban y qué libros no iban en la Biblia).

Jesucristo no enseñó como establecer determinada forma de eclesiasticismo, jerarquía o forma de organización. Él fue antieclesiástico, en parte lo mataron por eso...

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1 Comments:

At 10:45 a. m., Anonymous Anónimo said...

Eres tan buen teologo como Ronaldinho es tan buen madridista!!

 

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