09 octubre 2007

We need some democracy lessons!

Durante tres años una enorme resistencia impidió la ratificación del CAFTA en Costa Rica, hasta que se decidió convocar a un referendo para resolver el conflicto. Fue la primera vez que se acudió, en el país (y en América Latina), a una consulta de esta naturaleza. Imagínense, una consulta popular sobre un tratado de libre comercio; ¡qué lección nos han dado los ticos! Y es que acá, en El Salvador, cuando se ratificó ese mismo tratado, no se le preguntó a NADIE; simplemente los partidos políticos decidieron (bueno, ARENA decidió). Y a pesar que hubo marchas de protesta y cartas de oposición en la Asamblea, no les importó y lo ratificaron.

Ahora ha ganado el “Sí” en Costa Rica. Pero los que “No” querían el CAFTA (en buena parte por el temor de una explotación desmedida de los recursos naturales por parte de inversionistas extranjeros al ratificarse el tratado), al menos tuvieron una oportunidad de expresar su decisión con dignidad y respeto.

¿Cuándo veremos a nuestro gobierno diciéndoles a sus ciudadanos: este domingo los esperamos en las urnas para que ustedes decidan si se aprueba esto o no? ¿Cuándo? No lo sé, pero envidio a los ticos en este aspecto. A pesar que, ya hay varios medios masivos y opiniones de ciudadanos ticos que afirman que hubo una serie de irregularidades en la votación. Entre ellas: el hecho que meses atrás el gobierno de Óscar Arias concertó un programa de intimidación a los electores, invirtió recursos públicos en el proselitismo por el “Sí” y permitió la descarada intervención de Washington en las campañas (apelando al voto del miedo con el argumento de que el rechazo al acuerdo comercial tendría consecuencias nefastas para el país) Inclusive el día mismo del referendo fueron documentadas numerosas irregularidades –intimidación a los activistas por el no, transporte gratuito a los votantes del oficialismo, sorpresivos cambios de sentido en los resultados electorales de diversas circunscripciones– que, como se ha hecho habitual en otros países, pasaron inadvertidas para los observadores electorales.

Pero en fin, si hubo malicia del gobierno, es una cuestión de corrupción de Oscar Arias y que el pueblo tico debe solventar. Al menos nos han dado una lección de democracia al permitirle al pueblo votar, no solo para decidir a sus gobernantes, sino para decidir sobre su futuro en lo comercial. Felicidades Costa Rica.

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